Moon Sugar Gang
martes, 22 de mayo de 2012
Olvido
domingo, 8 de abril de 2012
Demonio
lunes, 26 de marzo de 2012
La deuda
Tenía lindos ojos. Verdes, como el musgo que adornaba las celdas meses atrás. Los guardias nos hacían limpiar los ladrillos cada semana; a veces con limas, a veces con nuestras uñas, pero siempre volvía. Ella sonrió cuando entré, aunque no sé si por ser amable o por el triste estado de mi rostro. Traté de sonreírle devuelta. Lentamente estudió mi cuello y luego mi frente.
- Cáncer de cenizas. Lo peor de la fiebre ya ha pasado, afortunadamente.
Dio media vuelta y empezó a buscar algo en el desorden de su escritorio. El ruido de frascos vacíos me daba escalofríos, pero de los buenos. Antes de la cárcel, solíamos vivir para ese ruido. Bes y yo, decididos ambos en conseguir la licencia a como de lugar. Nada más importaba. Ygfa seguía plantando sus manos dentro de viejos bolsos y cajas sueltas. Se reía, casi avergonzada.
- Debe estar por aquí. Siempre las guardo por aquí…
… Pero mis ojos no la veían a ella, sino a Bes, estudiando los matraces que habíamos robado la noche anterior. Empezamos a ordenarlos.
- 100… 200… y 300. Este debe ser de 300 mililitros. – decía él.
Asentí y puse los frascos que habían sobrevivido nuestro escape junto al resto. Ya casi parecía un laboratorio de verdad. La sonrisa de Bes sugería lo mismo. Se levantó, conforme con el botín, y fue a buscar los ingredientes.
- ¿Supongo que ensayaremos con lo mismo de siempre…? – le dije, ni siquiera intentando de esconder el sarcasmo.
Sin responder lanzó un saco oscuro a mi pies, limpiándose inmediatamente las manos. Le di la bienvenida a la hediondez frunciendo solamente mis labios, mientras mis ojos seguían fijos en la belleza de los vidrios vírgenes. Los óvulos brillaban, añejos pero tan blancos como los bancos de sal a la costa de Haven.
- Mientras no se te ocurra una idea mejor…
Dio un paso adelante y encendió un cigarro. Exhaló, cerrando brevemente los ojos, fijando su mirada con la mía. Su sonrisa llevaba el orgullo de cien hombres.
- Mientras no se te ocurra una idea mejor, tendrás que conformarte con los huevos de Kwama que mi tío no puede vender.
- No es tu tío, Bes. – le respondí fríamente.
- Patrón, tío, da igual. Nadie echa de menos un par de huevos añejos. Te lo juro Grae, podría llevarme lo que quisiera de esa bola de sebo. Los guardias confían en mí y me dejan entrar donde sea, solamente tengo que…
- No harás nada. Ya nos arriesgamos demasiado con estos frascos. Esperemos que la cosa se calme, con estos huevos puedo probar…
- …nada nuevo. Tú mismo lo has dicho: si quieres convertirte en alquimista, necesitas más que huevos y sal.
Tenía razón. Bes siempre tenía razón. Él sabía que no le discutiría eso y, victorioso, rencontró sus labios con el cigarro. Un par de huevos seguían rodando lentamente por el piso, tratando de acabar con el silencio que envolvía la choza.
- Cuídate, Bes. –le dije, resignado.
- Siempre – me respondió, estirando un brazo hacia mí…
- ...¿Por qué lloras?
La choza había desaparecido y yo estaba frente a la curandera Nord. Acerqué mis dedos a mi cara, buscando una lágrima, pero no la encontré. Mi rostro había sanado.
- ¿… Cómo…? - traté de preguntarle, pero mi voz me fallaba.
Ella solamente sonreía. Tenía lindos ojos.
- ¿Él te importaba mucho, no?
Y la lágrima apareció.
- Él era mi hermano.
jueves, 22 de marzo de 2012
Tentaciones
Cerré el libro y supe que esa noche todo cambiaría...
---
He estado recorriendo Vivec y a estas alturas puedo decir que le conozco bien, no como la palma de mi mano, pero bien. Mi intención era pasar desapercibido, mi intención era hacer las cosas rápido, hacerme de unos cuantos miles de septims y abandonar la ciudad para no levantar sospechas sobre mi persona. Sonaba a buen plan, parecía buen plan, era simple y puntual. Era un buen plan.
Era buen plan… si lo hubiera seguido el plan yo no estaría en este dilema.
La tentación es uno de las primeras cosas que debe controlar un ladrón, no siempre se trata de algo negativo, por lo cual un buen ladrón tiene que aprender a evaluar bien las oportunidades, desarrollar buen juicio y por sobre todo no dejarse llevar por la tentación si las circunstancias no son favorables. Pase lo que pase, sea cual sea el objetivo, no importa que tan grande sean las recompensas o las ganancias; si la situación no es favorable la tentación debe controlarse por completo. He visto como personas con gran talento se pierden en este concepto, es uno de los más grandes enemigos de un ladrón. La tentación y el buen juicio.
En mi vida he robado prácticamente de todo, pero si hay algo con lo cual soy fácil de tentar… Son las gemas. Siempre ha sido un problema el controlarme cuando hay gemas de por medio, es prácticamente mi única debilidad. Me es imposible refrenar ese ímpetu de obtenerlas una vez que las veo, me han metido en más de algún problema y siempre ronda la calamidad cuando no he podido controlarme. Esta no sería la excepción.
Recordando un poco las conversaciones en prisión le he estado dedicando gran parte de mi tiempo a la reducción de objetos relacionados con alquimia. Recuerdo que nuestro compañero altmer solía quejarse de la mala calidad de los implementos que usábamos para refinar Moon Sugar pero no teníamos manera de obtener algo mejor, de hecho fue con un poco de suerte y ayuda de nuestros contactos que logramos infiltrar aquellos objetos. Pero estas quejas eran algo recurrente y daban espacio a conversaciones de las cuales pude extraer la gran importancia y elevados precios que suelen tener los objetos relacionados con la alquimia. Cosa buena, puesto en que en Vivec hay un gran número de personas dedicadas a jugar con líquidos, polvos raros y elementos de las más diversas clases.
Y en eso estaba, haciéndome una fortuna reduciendo artefactos hasta que se me ocurrió la genial idea de investigar un poco sobre el tema para ver si existía mayor potencial en este rubro, en una de esas podía extraer algún otro objeto y no sólo esos gigantescos artefactos. Todo esto bien, hasta el momento en que abrí un libro y noté ilustraciones de gemas y piedras preciosas que no había visto en mi vida. Todas, todas fabulosas.
Hay sólo una cosa que sé en este momento… La caja de pandora se ha abierto.