martes, 22 de mayo de 2012

Olvido


Afuera el cielo había cedido a las nubes y empezó a llover descaradamente. “No es el mejor día para retomar el viaje”, mentía, mientras me revolcaba en la cama para abrazarla. Cuando el guardia abrió la puerta, un reflejo me hizo tumbar la cabeza en la almohada, pretendiendo estar muerto. Pero los guardias de la cárcel no eran imbéciles y este pobre infeliz, aunque joven,  tampoco. Así a lo menos lo sugirieron las avergonzadas disculpas que repitió al cerrar la puerta poco después. 

Su risa me gustaba más y más cada vez que entraba. Todo había empezado mientras me limpiaba el rostro la noche anterior. No le había contado nada, pero ella aparentaba saber todo sobre mí… y sobre Bes. Una adivinadora, me contarían después. En el momento no me importaba. 

-Debo revisar tu espalda…- decía, detenidamente – para asegurar que tu cuerpo haya sanado-

Mientras ella estudiaba mis hombros, yo secaba mis mejillas, mirando fijamente los bálsamos que habían salvado mi rostro.  Me gustaba sentir su sonrisa y ella lo sabía. Quizás por eso nunca hablamos.

domingo, 8 de abril de 2012

Demonio

Me arrastre por las escaleras hacia la salida de la cripta. Apenas podíarespirar, con un esfuerzo monumental logre llegar hasta la puerta. Me apoyecontra la puerta y mire mi hombro derecho donde sentía un dolor punzante.Observe con desprecio la flecha de ese arquero esqueleto. Con mi mano izquierdame arranque la flecha de la herida y la sangre empezó a brotar. El dolor casime hace desmayar, solo la imagen de mi padre me mantuvo consiente.
Solo los fuertes sobreviven, solía decirme mientras entrenábamos.
Recuerdo como con facilidad me derrotaba en el arte del combate conespada. Siempre terminaba mordiendo el polvo en nuestros enfrentamientosdiarios. Después de eso se dedicaba a cocinar y me mandaba a tallaruna nueva espada de madera, puesto que la mía siempre se rompía durante lapráctica. Nunca logre romper la espada de mi padre y cuando le pregunte sihabía algún secreto para tallarlas me dijo algo que nunca olvidare:
Las espada perfecta solo está completa cuando un maestro de la espada lablande, sino solo es un pedazo de metal.
Al principio no entendí bien a que se refería, toda mi vida pensé que meestaba ocultando algo, que simplemente me consideraba demasiadoinexperto como para pasarme el resto de su arte o que envidiaba mi capacidadpara hacer magia heredada de mi madre. Ahora entendía a que se refería.
Mire la espada y leí nuevamente la inscripción en elfo antiguo de sunombre “Demonio”. Recordé como al momento de levantarla, me había parecidodemasiado pesada para blandirla, pero al agitar la hojacontra esas abominaciones y destazarlas en pedazos, se había vuelto ligera comouna pluma. A pesar de salir victorioso casi sin ningún esfuerzo, uno de esosmonstruos había alcanzado a herirme.
Una gran espada, espadachín lejos de ser digno de ella.
Laprisión había mermado mis habilidades. Necesitaba entrenar, mejorar tanto mitécnica con la espada como mi magia. Sentía la necesidad de nuevos desafíospara ponerme a prueba.
Unavez detenida la hemorragia en mi hombro, abrí la puerta y salí de la tumba. Aunllovía. Retome el camino hacia Balmora.

lunes, 26 de marzo de 2012

La deuda

Tenía lindos ojos. Verdes, como el musgo que adornaba las celdas meses atrás. Los guardias nos hacían limpiar los ladrillos cada semana; a veces con limas, a veces con nuestras uñas, pero siempre volvía. Ella sonrió cuando entré, aunque no sé si por ser amable o por el triste estado de mi rostro. Traté de sonreírle devuelta. Lentamente estudió mi cuello y luego mi frente.

- Cáncer de cenizas. Lo peor de la fiebre ya ha pasado, afortunadamente.

Dio media vuelta y empezó a buscar algo en el desorden de su escritorio. El ruido de frascos vacíos me daba escalofríos, pero de los buenos. Antes de la cárcel, solíamos vivir para ese ruido. Bes y yo, decididos ambos en conseguir la licencia a como de lugar. Nada más importaba. Ygfa seguía plantando sus manos dentro de viejos bolsos y cajas sueltas. Se reía, casi avergonzada.

- Debe estar por aquí. Siempre las guardo por aquí…

… Pero mis ojos no la veían a ella, sino a Bes, estudiando los matraces que habíamos robado la noche anterior. Empezamos a ordenarlos.

- 100… 200… y 300. Este debe ser de 300 mililitros. – decía él.

Asentí y puse los frascos que habían sobrevivido nuestro escape junto al resto. Ya casi parecía un laboratorio de verdad. La sonrisa de Bes sugería lo mismo. Se levantó, conforme con el botín, y fue a buscar los ingredientes.

- ¿Supongo que ensayaremos con lo mismo de siempre…? – le dije, ni siquiera intentando de esconder el sarcasmo.

Sin responder lanzó un saco oscuro a mi pies, limpiándose inmediatamente las manos. Le di la bienvenida a la hediondez frunciendo solamente mis labios, mientras mis ojos seguían fijos en la belleza de los vidrios vírgenes. Los óvulos brillaban, añejos pero tan blancos como los bancos de sal a la costa de Haven.

- Mientras no se te ocurra una idea mejor…

Dio un paso adelante y encendió un cigarro. Exhaló, cerrando brevemente los ojos, fijando su mirada con la mía. Su sonrisa llevaba el orgullo de cien hombres.

- Mientras no se te ocurra una idea mejor, tendrás que conformarte con los huevos de Kwama que mi tío no puede vender.

- No es tu tío, Bes. – le respondí fríamente.

- Patrón, tío, da igual. Nadie echa de menos un par de huevos añejos. Te lo juro Grae, podría llevarme lo que quisiera de esa bola de sebo. Los guardias confían en mí y me dejan entrar donde sea, solamente tengo que…

- No harás nada. Ya nos arriesgamos demasiado con estos frascos. Esperemos que la cosa se calme, con estos huevos puedo probar…

- …nada nuevo. Tú mismo lo has dicho: si quieres convertirte en alquimista, necesitas más que huevos y sal.

Tenía razón. Bes siempre tenía razón. Él sabía que no le discutiría eso y, victorioso, rencontró sus labios con el cigarro. Un par de huevos seguían rodando lentamente por el piso, tratando de acabar con el silencio que envolvía la choza.

- Cuídate, Bes. –le dije, resignado.

- Siempre – me respondió, estirando un brazo hacia mí…



- ...¿Por qué lloras?

La choza había desaparecido y yo estaba frente a la curandera Nord. Acerqué mis dedos a mi cara, buscando una lágrima, pero no la encontré. Mi rostro había sanado.

- ¿… Cómo…? - traté de preguntarle, pero mi voz me fallaba.

Ella solamente sonreía. Tenía lindos ojos.

- ¿Él te importaba mucho, no?

Y la lágrima apareció.

- Él era mi hermano.

jueves, 22 de marzo de 2012

Tentaciones

Cerré el libro y supe que esa noche todo cambiaría...

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He estado recorriendo Vivec y a estas alturas puedo decir que le conozco bien, no como la palma de mi mano, pero bien. Mi intención era pasar desapercibido, mi intención era hacer las cosas rápido, hacerme de unos cuantos miles de septims y abandonar la ciudad para no levantar sospechas sobre mi persona. Sonaba a buen plan, parecía buen plan, era simple y puntual. Era un buen plan.

Era buen plan… si lo hubiera seguido el plan yo no estaría en este dilema.

La tentación es uno de las primeras cosas que debe controlar un ladrón, no siempre se trata de algo negativo, por lo cual un buen ladrón tiene que aprender a evaluar bien las oportunidades, desarrollar buen juicio y por sobre todo no dejarse llevar por la tentación si las circunstancias no son favorables. Pase lo que pase, sea cual sea el objetivo, no importa que tan grande sean las recompensas o las ganancias; si la situación no es favorable la tentación debe controlarse por completo. He visto como personas con gran talento se pierden en este concepto, es uno de los más grandes enemigos de un ladrón. La tentación y el buen juicio.

En mi vida he robado prácticamente de todo, pero si hay algo con lo cual soy fácil de tentar… Son las gemas. Siempre ha sido un problema el controlarme cuando hay gemas de por medio, es prácticamente mi única debilidad. Me es imposible refrenar ese ímpetu de obtenerlas una vez que las veo, me han metido en más de algún problema y siempre ronda la calamidad cuando no he podido controlarme. Esta no sería la excepción.

Recordando un poco las conversaciones en prisión le he estado dedicando gran parte de mi tiempo a la reducción de objetos relacionados con alquimia. Recuerdo que nuestro compañero altmer solía quejarse de la mala calidad de los implementos que usábamos para refinar Moon Sugar pero no teníamos manera de obtener algo mejor, de hecho fue con un poco de suerte y ayuda de nuestros contactos que logramos infiltrar aquellos objetos. Pero estas quejas eran algo recurrente y daban espacio a conversaciones de las cuales pude extraer la gran importancia y elevados precios que suelen tener los objetos relacionados con la alquimia. Cosa buena, puesto en que en Vivec hay un gran número de personas dedicadas a jugar con líquidos, polvos raros y elementos de las más diversas clases.

Y en eso estaba, haciéndome una fortuna reduciendo artefactos hasta que se me ocurrió la genial idea de investigar un poco sobre el tema para ver si existía mayor potencial en este rubro, en una de esas podía extraer algún otro objeto y no sólo esos gigantescos artefactos. Todo esto bien, hasta el momento en que abrí un libro y noté ilustraciones de gemas y piedras preciosas que no había visto en mi vida. Todas, todas fabulosas.

Hay sólo una cosa que sé en este momento… La caja de pandora se ha abierto.

sábado, 25 de febrero de 2012

La Tumba (Parte 3)


Apenas abrí esa puerta, desee jamás haberlo hecho. Frente a mí se encontraba una masa gigante de carne podrida con forma humanoide, un Bonewalker. Jamás en mis viajes me había encontrado con uno antes, pero si había oído de ellos. He sabido de Nigromantes capaces de invocarlos. Seguramente esta bestia y los demás no muertos fueron invocados como protecciones adicionales, por quien haya hechizado la tumba. Antes de que alcanzara a reaccionar, la bestia lanzo un zarpazo que destrozó mi armadura, arrancándola de mi pecho y empujándome de vuelta hacia el pasillo. En reacción inmole mi espada y me dispuse a abatir a mi enemigo. Sin embargo, no contaba con que mi hechizo derritiera mi espada.
Acero barato –exclame, arrojando lo que quedaba de mi arma a un lado-
¡MALDITO SEAS ARRILLE!
Volví a enfocarme en mi adversario. Este ya estaba listo para lanzar otro zarpazo, salte hacia atrás, evadiendo lo que pudiera haber sido una herida fatal. Sin arma ni armadura, solo me quedaba una opción, magia. Empecé la pronunciar la encantación para bola de fuego, sin embargo era difícil concentrase mientras intentaba evadir los ataques de ese bestia fétida. Si al menos tuviese un escudo. Logre disparar la bola de fuego y fue un tiro directo en la cara de la bestia. A pesar de que obviamente el bonewalker no sentía dolor, el efecto de mi hechizo logro confundirlo lo suficiente, como para que yo pudiera sacar mi daga y clavársela en donde debería de haber estado su corazón. En el forcejeo que siguió a mi maniobra el no muerto me golpeo en las costillas empujándome hacia atrás haciéndome soltar la daga. Mientras el bonewalker se levantaba y se sacaba la daga del pecho, yo gatee hacia la habitación  donde había encontrado a ese monstruo y cerré la puerta.
Estaba cansado, desarmado y solo. Me senté contra la puerta y espere que el no muerto no fuera, sino suficientemente inteligente, lo suficientemente hábil como para abrir la puerta. De repente sentí una gran cantidad  de magicka que llenaba la estancia.

La fuente del encantamiento – recordé.

Mire hacia adelante y vi algo que jamás espere ver. En el centro de la habitación se encontraba flotando una espada que brillaba con una luz espectral.

Una espada encantada – exclame – Esa es la fuente del encantamiento.


De repente empecé a sentir golpes contra la puerta. El bonewalker debía estar intentando derribar la entrada, debo darme prisa si no quiero terminan como ese otro Dunmer.
Me dirigí hacia la espada  y la removí de la luz que la envolvía, pesaba bastante para ser una Katana pero serviría para mis propósitos.
Luego sentí como la confusión que nublaba  mi mente desaparecía, esto quería decir que el encantamiento de confusión invocado sobre la tumba estaba desapareciendo. Eso era bueno. Eso me daba una oportunidad.
De la nada se oyó un ruido contundente y observe como caía una lluvia de astillas. El bonewalker caminaba por entre los restos de la puerta y no estaba solo, detrás de él se encontraban 2 esqueletos armados con arcos y flechas.

Esto no será sencillo – dije, mientras encaraba a mis adversarios.

La sombra entre las sombras

...Y no me equivocaba.
Vivec es una ciudad enorme y ha progresado mucho desde la última vez que estuve en Vvardenfell, si yo creyera en las leyendas y mitos acerca de Vivec, claramente estaría de acuerdo en que es el digno hogar de un Dios. Para los que no la han visitado aún, se trata de una serie de enormes edificaciones sobre el agua, nueve para ser exactos, una al lado de otra y que en su conjunto crean una entidad simplemente majestuosa.

Vivec se distingue de otras ciudades por el hecho albergar distintas cosmovisiones distribuidas por separado en distritos o "cantones", y esto es un detalle muy importante en un oficio como el mio, puesto que internamente se crean rivalidades y conflictos de los cuales fácilmente se puede sacar provecho. Por otro lado, hace que reducir ciertas especies sea mucho más rápido y eficiente. No podría tildarla de una ciudad santa como muchos lo hacen, pero si la encuentro divina (Divina porque me beneficia por completo).

A mi llegar me llueven rumores de diversos hechos que afectan a la ciudad, pero ignoro la mayoría (una ciudad grande es hogar de problemas). El único rumor que cautiva mi atención trata sobre una serie de misteriosos asesinatos, lo que inmediatamente me hace pensar en la presencia de alguno de mis compañeros en el sector, pero una vez que me van dando más detalles descarto la idea. Pasa que por lo que me dicen los habitantes de Vivec,los asesinatos no sólo han sido misteriosos, sino que silenciosos y perfectamente ejecutados. Ninguno de mis compañeros goza del don de la sutileza, bueno excepto por mi, pero yo vengo recién llegando y nunca he sido partidario de la sangre, las vísceras y todas esas otras asquerosidades.

Dedicaré algún tiempo a estudiar el movimiento de uno o dos cantones. Trataré de relajarme un poco con este asunto de los asesinatos, pero algo me dice que debo ser cauteloso, uno nunca sabe cuando puede estar siendo vigilado desde las sombras.

viernes, 24 de febrero de 2012

Restaurando la Espada


Maldigo mi suerte mientras continúe caminando hacia balmora, no pudiendo ser un viaje tranquilo a pie sino que a mitad de camino escuche a alguien gritar y al segundo después una cuerpo azotado en el suelo, puedo decir que no fue una linda forma de morir del tipo pero bueno sus cosas me sirvieron bastante para pasar el frio de la noche y además una espada que poseía ahora era mía y fue de bastante ayuda para afrontar lo que se me venia en el camino hacia balmora, cuando se me ocurrió pasar por unos paramos los cuales estaban infestado de cucarachas, gusanos y una ves bastantes molestas, los cuales hicieron un fastidio este viaje, ya muy entrada la noche logre llegar a balmora y cuando final mente espero que nadie me moleste para llegar a la posada mi suerte nuevamente me la juega, un guardia imperial, grandioso, de nuevo un estúpido interrogatorio básico. Lamentablemente entre mi estadía en confinamiento solitario en prisión y el “lindo” viaje en barco mi cuerpo es como el de un niño, con suerte mi mano ha reconocido el acero de la espada. así que seguí el procedimiento para que me deje tranquilo y pueda seguir.

Cuando el guardia por fin me dejo seguir, busque alguna posada que aun estuviera abierta para poder alquilar alguna cama, pero todas estaban o cerradas o ocupadas, vagando por la ciudad buscando algún sitio donde dormir o algún callejón que se pareciera al piso de la prisión, di a parar al gremio de guerreros donde vi signos de compañerismo a lo que fue alguna vez un guerrero que alzo malamente su espada hacia el hijo de un político dándole muerte, después de una pequeña “persuasión y razón” me ofrecieron una acogedora cama que me vasto para descansar hasta la mañana.

Al día siguiente un recuerdo perturbador me despierta-maldición el estúpido paquete que debía entregar para ese tal….- mi mente no logra recordar el nombre de tal individuo, busco desesperado en el bulto si esta su nombre para empezar a buscarlo, gracias a dios se encontraba hay caius cosades, quien pudo a ver sido para haberme hecho perder ese tiempo. Cuando salí da la habitación me dirigí a hablar con la encargada del gremio de guerreros(una mujer quien lo habría pensado) llamada eydis, parecía bastante fuerte incluso penque que pudo haber servido en la prisión ayudando a cuidar esos idiotas cuando se les ocurría estafar a algún guardia o a alguien de influencias en prisión. Cuando termine de charlar de con eydis me informo que caius cosades se encontraba al otro lado del pueblo además de que mi izo una invitación a unirme al gremio de guerreros pero le dije que una vez que allá termina esta tarea lo iba a pensar. Partí hacia el otro lado del pueblo y gracias a las indicaciones del eydis encontré muy fácil la casa donde aloja ese sujeto.